Expongo
mi cuerpo-libro al pleno sol hasta que se sequen todas la páginas
del frío libro de febrero, de la fiebre de febrero, hasta que las
hojas se vuelvan árbol, hasta que la primavera triunfe sobre el
invierno, hasta que los fantasmas se hagan amigos, hasta que la nieve
se haga savia y jarabe de arce otra vez.