Puertas
abiertas
Harto
de arte, Sigmund se dirige al número 35 de
la calle Doctor Sumsi, arrastrando su último
cuadro. El director de la Galería le ha
convencido de que debe exponer una vez más.
«Haz
un último esfuerzo»,
esas fueron sus últimas palabras. Al verle entrar, el galerista le
saluda con una gran sonrisa. ̶¿Te
acuerdas de tu sitio, Sigmund? Aquí, entre Fuentes y Marco, ¿vale?
̶ Dócil, Sigmund coge sitio. Ha
ganado el galerista. De 7 a 9, exhibirá su cuadro de neurosis
obsesiva.